Es querer bailar con los pies descalzos sobre brasas ardiendo. La tristeza que te invade esa situación alegre, que te entristece por pensar que temprano se irá. O la que sientes cada vez que cierras la puerta, o, la dejas entre abierta; pero te vas, te vas de aquella habitación sabiendo que nunca entrarás mas, dejando atrás a esa persona de pie, al lado de la cama observando como te vas.
Querer esos zapatos de tacón o ese vestido de ensueño, o ese baile de fin de curso junto con tu chico ideal.
Decir con esa medio sonrisa forzada, que tú no puedes apostar mas alto que los demás, porque tan solo juegas a sobrevivir.
Querer que una mirada te coma, te mate viva.
Que hay que entender que escribir que vives no es vivir; que escribir que sonries no es sonreir; que escribir que eres feliz no es felicidad...
Que todo es, no se...
Es,
así sin más.
Es la última mirada antes de irte de esa habitación, antes de que te arrolle el tren que pensabas que te iba a alejar de la realidad.