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-No quiero irme, te echaría de menos.
+Yo tampoco quiero que te vayas, pero no quiero interponerme en tu camino.
-Pero son muchos años sin volver a verte.
+Si, pero siempre habrá un cielo que nos una y un solo océano que mirar.

El agua le acariciaba las piernas, mientras el viento le despeinaba, sus dos únicos compañeros, no le hacia falta nada ni nadie mas, para que quería ella una persona que antes o después le romería el corazón; ella sola acariciaba su corazón, no le hacia falta nadie mas. La soledad le acompañaba en su largo camino, se podría decir que se hicieron hasta amigas; hasta que se traicionaron, ella le puso dueño a su corazón y abandono a la soledad, lo hizo sin intención, ella llevaba su nombre tatuado en el corazón, no había marcha atrás, se enamoro; ella siempre decía que jamas lo haría, que el amor, era un juego de tontos, quizás el destino quiso marcar su camino.

Lo único que no quería, era que te volvieses parte de mi pasado.

Mi propósito es hacer que algún día, sin saber cómo ni porqué, vuelvas a necesitarme. Que vuelvas a necesitar que entrelacemos nuestros dedos y prometamos llegar así al infinito. Que vuelvas a necesitar ese mensaje de buenas noches. Que vuelvas a querer que mi rostro sea lo último que veas al caer dormido y lo primero al abrir tus ojos. Haré que de repente, vuelva a ser yo esa persona que quieras llevar a la cama cada noche y hacer de mi cuerpo papel y de tus besos el pincel que se deslicen sobre él. Haré que, sin saber cómo, sin que te lo puedas explicar, vuelvan a recorrerte mil sensaciones, tu espalda se llene de un sudor frío y te tiemblen las piernas. Que un escalofrío recorra tu cuerpo cada vez que oigas mi nombre.
 

Never give your smile.

Lista de cosas para comenzar a ser feliz.


No te lo pienses más veces, salta, sí, como te digo, muy alto, cuanto más alto mejor y después empieza a correr, llega tan lejos como puedas e incluso más, que solo estéis tú y el viento. No esperes el "sí" quédate con el "quizá". Si tienes que gritar, no susurres, no lo evites, grita, que todos oigan lo que tienes que decir. No te escondas dentrás de nadie, ni de nada. Eres especial, mentalízate. No hay dos como tú, nunca los habrá y  mejórate, ¿ por qué no dar lo mejor de ti? Llora cuando tengas que hacerlo, aunque no soluciones nada, te ayudará a pensar, te dejará la mente en blanco y con la mente así es fácil remediarlo todo. No intentes gustar, tu gustarás por lo que eres. No dejes que nadie te diga lo que no quieres decirte a ti misma. Aprende a confundirte, aprende a aceptar tus errores y a dar un paso más y otro y otro más para después retroceder si lo necesitas o para quedarte si es lo que de verdad quieres. No te preocupes demasiado por aquello que no ha sucedido, porque, ¿quién sabe lo que pasará dentro de una hora, un minuto o incluso un segundo? No te rindas, nada es definitivo y quizá nadie estará ahí para decírtelo. Es bueno que dependas de aquello que sabes: no sufras, no te rindas, no seas tu propio fin....  Y sobre todas las cosas: intenta añadir a cada día una sonrisa diferente. Puedes reirte de nada, de todo, de él o ella, de ello o de tí mismo pero, no dejes ningún día de sonreir porque, precisamente, aquello que más grande te hace es la sonrisa.

Los sueños, sueños son : )

 Y de repente, así, sin más, apareció, salió como de la nada. Su sonrisa me cautivó desde el primer momento. Fue un flechazo, fue eso a lo que suelen llamar 'amor a primera vista'. Me pareció sentir como el mundo se paraba en seco, solo estábamos el y yo, los dos solos, caminando por la playa, descalzos, mirándonos con ganas de devorarnos mutuamente. Y de repente me besó, mi corazón se aceleró, sentí como si en un segundo hubiese pisado todos y cada uno de los planetas del universo, hasta los mas infinitos . Me miró a los ojos como nunca antes nadie lo había hecho hasta ese momento, me dijo que me quería, que quería pasar el resto de su vida abrazada a mi, conmigo, en cualquier lugar o situación lo único que quería era estar conmigo por encima de todo, por encima del mundo, por encima de nuestras vidas, que me necesitaba, que era lo único que quería, que yo le aportaba esas ganas de seguir adelante, de seguir sonriendo,que quería estar conmigo hasta el fin de los días, hasta el fin del mundo, para siempre, eternamente. En ese mismo momento sonó el despertador, eran las siete de la mañana, tocaba volver a la realidad, y dejar los sueños debajo de la almohada.