El agua le acariciaba las piernas, mientras el viento le despeinaba, sus dos únicos compañeros, no le hacia falta nada ni nadie mas, para que quería ella una persona que antes o después le romería el corazón; ella sola acariciaba su corazón, no le hacia falta nadie mas. La soledad le acompañaba en su largo camino, se podría decir que se hicieron hasta amigas; hasta que se traicionaron, ella le puso dueño a su corazón y abandono a la soledad, lo hizo sin intención, ella llevaba su nombre tatuado en el corazón, no había marcha atrás, se enamoro; ella siempre decía que jamas lo haría, que el amor, era un juego de tontos, quizás el destino quiso marcar su camino.
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