Es querer verlo un día, y al siguiente también, la falta de aire cuando me mira fijamente a los ojos y me dice que me quiere. Es querer estar con él a todas horas. Es no poder pensar en otra cosa que no sea él. Es quererlo con todas mis fuerzas y con las de cualquier otro. Es sentirme la chica con más suerte del mundo sólo por tenerlo a mi lado. Es eso lo que no quiero que se acabe nunca.
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