Nunca hemos estado saliendo, pero tenemos un montón de capítulos juntos con historias pequeñitas. Hemos tenido historias de una noche, de dos días, e incluso de semanas. Hasta si las juntamos, puede que formemos una gran historia. Nos hemos dicho: Te quiero, te quiero, te quiero, hasta callarnos con besos.
Hace más de un año y medio que todo esto empezó, no para ti, si no para mí. Porque desde que me miraste con esa mirada tuya entraste en mi corazón, cuando estamos juntos en clase de inglés, desde quinto de primaria y tú desde cuarto.. Porque es increíble como el tiempo pasa y yo sigo aquí.
He derramado cientos de lágrimas y eso solo Dios lo sabe, por muchas cosas que al final acabaron con una gran sonrisa.
Hubiese preferido elegir un mensaje corto con palabras sinceras, que un testamento lleno de mentiras, pero al final todo se arregló.
“Creo que me estoy enamorando de ti”. Fue lo que me dijiste. ¿ Cuántas veces deseé oír eso? Muchas. Pero intenté olvidarte. Pero no se puede olvidar casi un años en seis días. Y tampoco puedo sacar de mi cabeza lo que no sale del corazón.
Luego, llego el mejor tiempo que hemos pasado tú y yo. En Julio. Ese mensaje, esas conversaciones, esas palabras, todo. Y eso nunca ha acabado.
Pero nunca sabemos lo que pasará, al igual que tus besos, nunca llegan con previo aviso, y cuando menos los esperas, ahí estamos de nuevo, aunque cuando más los deseas nunca llegan. Dicen que lo que uno desea demasiado nunca llega, y que, cuánto más te preparas para algo, más se aleja de ti. Pero aún no te he dejado por imposible. Porque estar sin ti, es como un beso sin sonrisa después.
Y hoy no paro de decir : “ Destino, ponlo en mi camino”.
Siempre me muero por gritarte que te quiero y no lo hago por miedo a una de tus repuestas.
Te convertiste en mi adicción.
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