Es amarte como a nada, reír hasta quedarme sin aire, llorar de alegría, sonreír cuando me miras... Es pararme un momento y darme cuenta de que eres lo más importante.
Mis manos eran fuertes, pero mis rodillas eran demasiado débiles para mantenerme en tus brazos y no caer a tus pies. Pero hay un lado de ti que nunca conocí, todo lo que dijiste jamás fue verdad y los juegos a los que jugaste siempre ganabas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario